Hasta julio de 2018 se han declarado un total de 15.257 enfermedades profesionales en España. Con respecto a los datos de julio de 2017, ha habido un aumento de 1.946 enfermedades declaradas. De estas, 7.147 enfermedades profesionales han causado la baja del trabajador, 694 más que en el mismo periodo del año anterior, lo que corresponde a un aumento del 13%. Por otra parte, se han declarado 8.110 enfermedades profesionales sin baja, 1.252 más que en las declaradas en el mismo periodo del año anterior (15%) y que suponen un 53% del total.
La actividad económica en la que se ha declarado un mayor número de Enfermedades Profesionales es la correspondiente al epígrafe número 86: actividades sanitarias, con 535 enfermedades declaradas, seguida del Comercio al por menor, excepto de vehículos de motor y motocicletas, epígrafe 47 que acumula 520. En tercer lugar, aparece el epígrafe. nº 09: Industrias extractivas con 479.
Si se analizan los tramos de edad, observamos que el número de enfermedades profesionales es mayor en aquellos trabajadores y trabajadoras que tienen entre 40 y 44 años, frente a los de 20 a 24 años. Esto puede deberse a que hay menos trabajadores jóvenes activos en este tramo de edad, sin olvidar que en muchas ocasiones, las enfermedades profesionales no se manifiestan de forma inmediata, sino que debe haber transcurrido un tiempo desde la incorporación al puesto de trabajo para que se manifiesten dichos efectos y se reconozca la enfermedad profesional.
El incremento de las enfermedades profesionales que se ha producido es insuficiente, por ello UGT insiste en denunciar la infradeclaración existente de estas contingencias profesionales que provocan un sobrecoste de las prestaciones sanitarias en el sistema público de salud en lugar de por las Mutuas Colaboradoras con la Seguridad Social.
Además, hay que resaltar el hecho que casi un 53%, de las enfermedades profesionales declaradas no hayan causado la baja del trabajador, entre las posibles causas de este alto porcentaje se encuentran prácticas indebidas, tanto de las empresas como de las Mutuas, las primeras manteniendo a trabajadores enfermos de alta y en su puesto de trabajo y la segunda por endurecer las condiciones para prescribir la baja que aplican.
Como ya viene siendo habitual, la mayor parte de las enfermedades profesionales declaradas con baja 5.725, un 80%, han sido causadas por agentes físicos. La mayoría de estas enfermedades son originadas por los trastornos musculo esqueléticos.
Las consecuencias sociales y económicas de esta “pandemia” son evidentes. De hecho, suponen la primera causa de baja laboral.
No podemos olvidar los cánceres de origen profesional, según estimaciones de la OIT basadas en datos de 2010 y 2011, se producen 2,3 millones de fallecimientos anuales en el mundo atribuibles a la actividad laboral, de los cuales, el 29% (666.000) son debidos a cánceres ocupacionales. El cáncer es ya la principal causa de muerte “por las condiciones de trabajo” en Europa.
En nuestro país, los cánceres de origen laboral por el contrario son invisibles como demuestran los datos obtenidos hasta el mes de Julio: únicamente se han declarado 14 enfermedades profesionales causadas por agentes cancerígenos, de ellas, 9 son causadas por amianto, hay, por tanto, una clara infradeclaración de las mismas, esto ocasiona un grave perjuicio, no sólo para la persona trabajadora afectada y sus familias, sino para la sociedad en su conjunto.